El aprendizaje del inglés se encuentra altamente estigmatizado como un proceso, largo, difícil, pero sobre todo aburrido. Es difícil cambiar esas percepciones en nuestros estudiantes cuando llegan a las aulas de clase recordando esas malas experiencias vividas y repitiéndose a sí mismos cuan malos son para el idioma, cuanto les disgusta y lo poco que desean aprender. Lo previamente descrito es lo que he experimentado durante los semestres en que he sido formadora en la universidad, y esto no ocurre solo en la UJTL, sino en cualquier instituto, universidad...